EL NOMBRE DEL FUEGO

 El nombre del fuego

La vida es amarga, en consecuencia, besa.

Quémate si el fuego en que amamos es el último.

No temas a mis manos que aprietan tus senos

como si fueran dos azucenas vencidas por la noche,

así como yo no temo a tu delicada forma de abarcar mi cuerpo

de hombre o de sueño o de árbol ─qué sé yo─,

aprendí a olvidar de qué extraña sustancia amanezco

construido cada día.

Amar es lo único que nos queda por hacer.

Vivir en esta instancia de la muerte

es ínfimo comparado al amor.

Desnudarnos fue un acto apenas cotidiano

como soñar con rosas o bailar antes del sueño.

Desnuda sé amarte como si estuvieras hecha

de azucena estremecida

o de lluvia amaestrada para caer en la melancolía.

Sabe amar mi cuerpo desnudo de hombre o de sueño o de árbol.

No prestes atención a las dos palabras estremecedoras de mis ojos.

El nombre del fuego no se pronuncia:

se besa.


DATOS DEL POETAAlbeiro Montoya Guiral, de Santa Rosa de Cabal, Colombia, este poema está tomado de una muestra de poesía colombo-peruana “En tierras del cóndor”, (2014), Albeiro dirige el portal literario www.literariedad.co. Está presente en Twitter, en la cuenta @amguiral.

COMENTARIO: Comienzo con una advertencia: no me gustan los poemas de amor. Cuando esa es la temática, paso de puntillas por ellos, el listón está tan alto desde los sonetos de Quevedo y Lope... Y, sin embargo, he de reconocer, que en este poema encuentro imágenes que me atraen, versos que se graban rápido en las pupilas y en la memoria (palpo, si se me permite la licencia, esos senos como dos azucenas vencidas por la noche, por ejemplo), no me cuesta identificarme con algunos paisajes (Vivir en esta instancia de la muerte/ es ínfimo comparado al amor), tal vez, porque no hace mucho, yo también estaba enamorado y sentía y pensaba como Albeiro.
Ahora bien, no me interesa alargar este comentario sobre el poema, pero sí presentaros al autor. Lo he conocido, por utilizar un verbo laxo, en estas circunstancias, a través de internet, de las redes sociales y, más concretamente, a través de su cuenta de twitter. Y claro, me he llevado una sorpresa mayúscula. Espero conocerlo a partir de ahora mucho mejor, pues me he convertido desde esta noche en un seguidor de @amguiral. Y es que la poesía, si se sabe buscar, también aparece con garantías en las redes sociales. 
¿Te atreves a buscar poetas mediante twitter? Espero vuestros descubrimientos.

Comentarios