EN ALGÚN LUGAR (DÍA INTERNACIONAL DE LA PAZ)

En algún lugar
tiene que haber un rayo de luz
que disipe las tinieblas del futuro
una esperanza
que no se deje matar por el desencanto
y una fe
que no pierda inmediatamente la fe en si misma

En algún lugar
tiene que haber un niño inocente
al que los demonios no han conquistado aún 
un frescor de vida
que no espire putrefacción
y una felicidad 
que no se base en las desgracias de los demás.

En algún lugar
tiene que haber un despertador de la sensatez
que avise el peligro de los juegos autoaniquiladores
una gravedad
que se atreva a tomarse en serio
y una bondad 
cuya raíz no sea simplemente maldad frenada.

En algún lugar 
tiene que haber una belleza
que siga siendo belleza
una conciencia pura
que no oculte un crimen apartado
tiene que haber
un amor a la vida
que no hable con lengua equívoca
y una libertad
que no se base en la opresión de los demás.


DATOS DEL POETA:MARIA WINE. Nació en Copenhague en 1912. Pasó su infancia en un orfanato y luego fue adoptada. Trabajó como oficinista, En 1936 se casó con el poeta
Artur Lundkvist y se trasladó a Estocolmo donde ha pasado su vida. Toda su amplia obra está escrita en sueco, escribió fundamentalmente poesía, aunque ha publicado libros autobiográficos en prosa y otros de prosa poética.
Escribió más de 30 poemarios. Falleció en Estocolmo a la edad de 90 años.
 
COMENTARIO: 

Traemos este poema aquí para celebrar el DIA INTERNACIONAL DE LA PAZ. Con cierto desaliento, la autora nos señala ese lugar que busca y que parece tan difícil de alcanzar. Tiene que existir “una esperanza/ que no se deje matar por el desencanto”, frente a nuestra realidad actual que pretende llevarnos a un mundo sin futuro. Debe existir ese lugar donde nuestra felicidad no esté basada en las desgracias ajenas, en la opresión de los demás, como dice la poetisa sueca.
Y es que debe existir, porque no debemos buscarlo en un lugar concreto, sino en ese niño inocente (nuestros hijos, nuestros alumnos) que no conoce los demonios de la iniquidad, la injusticia, el oprobio, porque todavía tiene la suficiente sensatez de guiarse por sí mismo y no por las leyes que marcan los mercados y el capitalismo salvaje que hace de nuestro mundo un lugar inhóspito, injusto y terriblemente belicoso.
 
 

Comentarios