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Mostrando entradas de abril, 2013

TRANSFIGURACIÓN DE LO PERDIDO

La música convoca las imágenes degradas del tiempo. ¿Dónde me están llamando, desde qué penumbra, hacía qué día me regresan?              Nada me pertenece sino aquello que perdí. Máscara del pasado, la memoria confluye sobre un fondo difuso de alegrías donde todo zozobra y se reduce a nada, donde está mi verdad haciéndose más crédula.              Oh transfiguración de lo que ya no existe, marca tenaz de lo caduco, cómplice reclusión de la memoria que ciñe al tiempo en ráfagas de música.  DATOS DEL POETA : Caballero Bonald. Pincha aquí para ver su reseña biográfica y bibliográfica. COMENTARIO : Nos acogemos al Centro Andaluz de las Letras, que propuso a la Consejería de Cultura y Deporte designar  Autor del Año , a este poeta. Hemos elegido este poema, por el tono elegíaco y melancólico que podemos encontrar en buena parte de la obra de Bonald. En este poema, además, se aprecia otra de las características de

TENGO GANAS DE UN POCO DE ENTUSIASMO...

Tengo ganas de un poco de entusiasmo que no siento hace tiempo. No sé por qué no sabe a nada vivo ni el mes, ni la avenida, ni la luz, ni el orgasmo. En realidad también tengo la culpa y me declaro honestamente reo de una gris negligencia que por todo mi cuerpo se pasea y que de todo mi fervor disfruta. Pero, además, declaro que han entrado en mis días muchas gentes armadas de agresivas pasividades turbias y han saqueado mis horas una a una hasta dejarme sólo esta inopia profunda. Han tomado mis sueños, mis molares, mis palabras usuales y mis vísceras. Con mis ideas han envuelto carne y ropa sucia con mi vida íntima. Protesto. Yo protesto. Tengo ganas de un poco de entusiasmo tardío y trasnochado, del estricto, del justo y necesario para morir mi almuerzo. DATOS DEL POETA : Manuel José Leonardo Arce Leal (1935 - 1985), nacido en la Ciudad de Guatemala en 1935 , fue poeta y dramaturgo . Es considerado uno de los escritores nacionales más relevantes de la segund

MI DIFÍCIL VIDA CON LA MEMORIA

Soy mal público para mi memoria. Quiere que continuamente escuche su voz, y yo no dejo de moverme, carraspeo, escucho y no escucho, salgo, regreso  y vuelvo a salir. Quiere ocupar mi atención y mi tiempo por completo. Cuando duermo le resulta fácil. De día, depende, y eso le molesta un poco. Me desliza insistente antiguas cartas, fotografías, trata hechos importantes y sin importancia, pone la mirada en paisajes inadvertidos los puebla con mis muertos.   En sus historias siempre soy más joven. Es agradable, sólo que para qué seguir insistiendo en eso. Los espejos me dicen otra cosa. Se enfurece cuando me encojo de hombros. Y, vengativa, me echa en cara todos mis errores, graves, luego fácilmente olvidados. Me mira a los ojos, espera a ver qué digo. Al final me consuela con que pudo haber sido peor. Quiere que viva ya solo con ella y para ella. De preferencia en una habitación oscura y cerrada, y en mis planes hay siempre un sol presente, nubes actuales, cami

LAS COSAS DEL CAMPO

Las cosas del campo    Cuando florecen las encinas hay que temblar. Se anuda la delicia en la garganta. Hay un estremecimiento y el árbol comienza a vestirse, y toda aquella dureza, se expresa en purísimo temblor, en goterones de ternura que la llenan toda, que la ponen como llovida de belleza, enmelada, soñadora, sauce sin río en el monte, con toda la fuerza de la encina y la melancolía del sauce.    Las encinas no se conocen a sí mismas cuando florecen. Componen una figura patética en el paisaje y teme uno que ni los pájaros ni los viandantes las tomen en serio y les suceda como a los gigantes enamorados que pierden el tino y el peso.    Luego quisiera uno guardar el momento, conservar el temblor, detener el fruto y quedarse para siempre bajo tanta gracia y brío. Pero las noches de primavera suelen destemplarse y no se puede prolongar el crepúsculo bajo una encina florecida. Vendrá el relente y nos herirá la espalda y habremos de abandonar tanta hermosura a la noche. DA