EL REMORDIMIENTO


He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados.

Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida

no fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
del arte, que entreteje naderías.

Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.

DATOS DEL POETA. J.L. Borges, claro.

COMENTARIO: ¡Cómo obsesionaba a Borges el no ser feliz! ¡Cómo pueden unos versos clavarse en la memoria para siempre! A veces es muy simple afirmar que se es feliz, sin más, sin pensarlo, pero claro, esto no vale. Hay que responder con sinceridad y, como hemos visto en clase de Ética, aunque la finalidad de esta disciplina es buscar la felicidad, muchas veces, nuestra felicidad individual choca constantemente con el Bienestar social que también pretende alcanzar la ética. Vano intento el hacer coincidir nuestros deseos con la realidad que nos rodea: ¿Cómo ser feliz, de veras, cuando todo a nuestro alrededor se desquebraja...? Pregunta para los alumnos de Ética, por ejemplo.

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