Supón que aún es agosto y que no estás tan lejos...


Supón que aún es agosto y que no estás tan lejos...

...aunque el ser amado esté ausente, a mano están sus imágenes
y su dulce nombre resuena en nuestros oídos.
Lucrecio


Supón que aún es agosto y que no estás tan lejos
de esta ciudad que todavía guarda
los últimos vestigios de aquella altiva llama del verano
que lentamente fue, como todo, muriéndose;
imagina que aun estas aquí, conmigo,
en la paz de esta casa que la luz hace hermosa,
y busca en tu memoria el esplendor dorado
de los días perfectos que en ella -porque así
lo deseó algún dios de mirada propicia-
hemos vivido, ajenos a todo aquello que no fuera
nuestra propia alegría de estar juntos.

Recuerda.
Mira. Mira esas gloriosas
mañanas: hace un rato que tú te despertaste,
y esperas en silencio a que yo abra los ojos
para darme los buenos días y decirme -hoy también-
que eres dichosa.
Y me señalas luego
ese rayo de sol que entra por la ventana
y aquí, junto a la cama, en el suelo, dibuja
un dulce charco de oro.

No dejes que se borren
de tu alma las risas de ese tiempo,
las palabras ardientes que sonaban
como un cristal finísimo y llenaban de música
las horas del amor: el espacio inocente
de la pasión cumplida en las radiantes noches
que nuestros cuerpos conquistaron.

Contempla estas imágenes,
y olvídate de ese lugar que ahora
a tu pesar y a mi pesar habitas:
calles llenas de otoño, gentes que desconocen
nuestra historia, tierras que no son tuyas,
y ese río que en nada se parece
a éste nuestro de aquí, que bajo el sol discurre
a través de los huertos.

Ojalá lleves siempre
contigo, a cada instante, mi recuerdo,
y estas palabras que en la noche escribo
pensando en ti, para que tú las leas,
te ayuden a estar sola,
y te acompañen.

DATOS DEL POETA.  
Poeta español nacido en Murcia, en 1948.
Es profesor de literatura española en la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia y colabora
activamente en numerosas revistas literarias.
Antes de cumplir los treinta años obtuvo el Premio Adonais 1977 por su libro «Maneras de estar solo».
Posteriormente publicó «Páginas de un diario» 1981, «Elegías» 1984 y «Autorretratos» 1989, así como
dos recopilaciones de toda su poesía, «Las cosas como fueron» de 1974 a 1988, y «La vida», donde reúne
composiciones escritas entre 1989 y 1995, su poemario quizá más depurado y madur
o.

 COMENTARIO: Este poema se lo dedico a todos los que están desplazados o separados por la distancia, viviendo en una ciudad que no es la suya, en calles llenas de otoño, etc. Pienso en todas vosotras hoy, cuando yo tampoco puedo conciliar el sueño por pequeñas miserias cotidianas. En fin, espero que estas palabras os consuelen y a mí, al recordarlas, me salven de la mediocridad que me rodea a veces. Al menos este espacio poético y tu compañía me hace olvidar este lugar, que a mi pesar y por mi culpa, habitamos.

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